lunes, 27 de febrero de 2012

Souvenirs de tus recuerdos...





Por: Romina Valdés



...y le sigo preguntando por tí a tu recuerdo



¿Qué ves? ¿Qué hay detrás de las vísperas de todos tus sueños? ¿Que se esconde tras las bambalinas de tu patio trasero que sin esperanzas ve pasar un tiempo sin más perdones, mudo de tanto gritar, curado de humildad, asediado por tus caderas, sin más gobierno que tu abusada inspiración y mal viajado desencuentro con la desolación de una depresión que, sobrada de motivos, alimenta tus días dejando hambrienta a esta sed de mi…?

Y aquí me tienes como reina sin trono destronada por las risas que revientan los ecos de este túnel de cuatro paredes que entre muro y muro, grita adolorida por la despedida que un día en una estación lúgubre y sin más argumentos,  dejáse  una maltrecha y malhumorada viudez en la que enterraste a todas mis letras ennegreciendo con ello mis versos, secando la pluma que un día acariciáse tu piel y le hiciera el amor a tus oídos, recitándote palmo a palmo lo que de mi había ahí para ti.

¿A dónde se fueron entonces los vuelos, las alas, las promesas que en una madrugada trasnochada y de desvelo tú en voz bajita y despacito te acercases a decirme al oído dejando como testigos mudos nuestros cuerpos sedientos y cansados tras una vida que camina hacia los adjetivos que inspirasen un corazón que, aunque encerrado en medio de nuestros equipajes, decidiera en ese momento desistir ante el delicioso chantaje de tu voz y la mía al encontrarse bajo el nombre de los amantes inoportunos que llegaron y se fundieron bajo el hombro de la luna, saludándose a los ojos y diciéndole un adiós fortuito o simplemente un hasta luego a la que llamasen soledad…

¿Qué he ganado? ¿Qué he perdido? ¿Cuántas cuentas, cuántas apuestas ganadas o perdidas ante mi retador perfecto, una vida de cuyas caras apenas recuerdo sus nombres como un vano souvenir de la calle de tus recuerdos, del tiempo de portentos de las noches de viernes y los discos rayados cansados de tanto tocar? ¿Cuántos nombres olvidados, cuantas aventuras de un par de locos que tantas calles anduvieron entre sus andanzas guiñándole a la vida, abriéndose ante una historia compartida, volando tan de prisa que en horizonte el sol los perdió? 

Y entre luces de neón la noche se nos hizo eterna para grabar tu nombre en este corazón que hoy duerme en tu recuerdo.



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